EL AMOR ES IRRACIONAL, NO BUSQUES SU FÓRMULA
Permítanme sumergirlos en una verdad que resuena con la fuerza de lo humano: el amor, en su esencia más pura, es un acto gloriosamente irracional, un torbellino que desafía cualquier intento de encorsetarlo en la lógica o la razón. No se equivoquen, la noción de que una relación, especialmente una monógama, puede juzgarse por su "calidad" como si fuera un objeto medible es una quimera, una ilusión tejida por mentes que buscan orden en el caos del corazón. Yo afirmo, con la convicción de quien ha contemplado las profundidades del alma humana, que el amor no obedece fórmulas ni se somete a reglas. Es, como el acto de dormir, un abandono necesario de la conciencia, un salto al vacío donde la cordura se disuelve para dar paso al placer y la plenitud. La monogamia, ese pacto apasionado entre dos almas que se entregan sin reservas, puede elevarnos a cimas de felicidad que las pequeñas dosis de afecto, dispersas entre múltiples rostros sin profundidad, jamás alcanzarán. Pero, oh, qu...