¡LA LEY DEL MÁS TONTO! ES LA QUE EN ESTA ÉPOCA NOS GOBIERNA
Imagínense un mundo donde la democracia es la que sentencia sobre quién vence y quién fracasa, quién sobrevive y quién se extingue. Un mundo donde las mayorías o las masas decretan el qué y el cómo. Pero con una peculiaridad, la cuál fuese que las masas tengan que ser imbéciles y que lo que más abunde sea la ignorancia, la estupidez y por ende "LA LEY DEL MÁS TONTO".
Tonto es el que hace tontearías, pero también el que toma decisiones estúpidas. En un mundo donde los tontos se apoderan, podría parecer que un simple listo les pudiera derrocar, pero estamos hablando de un mundo donde la ley del más tonto gobierna, entonces solamente las tonterías podrían superar en voto de apoyo a todo aquello insinuara su astucia.
Los moderadamente tontos pero con menor coeficiente, como lo son los canis y las chonis o turros como en Argentina los llaman, sería la especie que predominaría con una tasa mayor de natalidad. En cambio, los genios quedarían ausentes a la población, faltos de amor y nulas posibilidades de sobrevivir al no obsequiarse con el permiso de ninguna hembra para su reproducción.
Sería un mundo donde la música que se bailara fuese estúpidamente absurda, con letras sin ningún tipo de pretexto más allá de las insinuaciones sexuales, con poco o ningún mensaje reflexivo o enseñanza de interés en base a moralejas, sino más bien, letras sencillas y vacías que no hicieran pensar lo más mínimo. Las cabezas siempre huecas, manteniendo un nulo gasto de energía cerebral, junto a bailes primitivos que no requirieran talento ni coordinación ni equilibrio, solamente frotarse los unos con los otros como monos exaltados o como gusanos e invertebrados.
Un mundo donde lo estúpido sería admirado y conmemorado como "arte", mientras que las obras que realmente plasmaran un verdadero significado, pasarían desapercibidas. Las obras más significativas y las reflexiones más profundas serían invisibilizadas, incluso no llegando a existir.
La gente votaría al presidente que se merecen. Apoyarían las estupideces y a los políticos más incompetentes. Los ídolos de masas serían personajes desagradables, mamarrachos, holgazanes, posiblemente derrocharían dinero en drogas y prostitución.
A esos ídolos de masas, el rebaño los idolatraría, haciendo que la fama se les subiera a la cabeza. Pero esto no sería ningún problema, ya que cuanto más se le creciera el ego al engreído, más idiota se volvería. Entonces, desde la prepotencia de un enano cabrón, el célebre ya energumenecido, haría más estupideces y trataría peor a sus fieles. Lo cuál en dicho mundo, sus seguidores lo endiosarían aún más no dando fin al bucle hasta que a alguno se le fuera de las manos. Terminando consigo mismo y su rebaño en una terrible autodestrucción, con una continuidad posterior al día siguiente donde por efecto de memoria de pez, comenzarían de nuevo el mismo ciclo desde el principio. Probablemente con otros protagonistas que interpretarían los mismos roles y las mismas equivocaciones de significados equivalentes.
Las estupideces serían premiadas y también los tontos carentes de habilidad o algún tipo de talento útil, serían aplaudidos mayoritariamente por todo el mundo.
Seres inútiles que no sepan ni liar un canuto y que tampoco tuvieran intención de dedicar su tiempo a alguna materia mas que a la holgazanería, serían los que culminaran la cima de la pirámide jerárquica de la ley del más tonto. Descerebrados que se dedicarían a hacer estupideces para entretener a sus masas. Como si una tribu primitiva estuviera adormecida mirando fijamente el reflejo en un pozo, enfocando toda su concentración en ello durante horas cada día, mientras dejan desatendida a la realidad.
El pan y circo, el ocio y entretenimiento, pocas veces palpable y nada comestible, sería lo que más consumirían las masas en este mundo de circo, y lo que más abundaría en él. La ilusión, el humor y los placeres producidos por estos ilusionistas, sería defendido con uñas y dientes por los propios sonámbulos hipnotizados por la magia de la ilusión.
Todo lo primitivo tendría éxito y apoyo de las mayorías. La gente únicamente se expresaría con la lógica emocional dejando a un lado el raciocinio. Priorizarían la lógica emocional por delante de la racional. Igual como aprenden los practicantes de la fe en sus religiones a ser practicantes y predicar.
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